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lunes, 13 de agosto de 2012

no es posible aún determinar hasta dónde llega la responsabilidad de ASFI en el caso San Luis, aunque salta a la vista que se hizo de la vista gorda tolerando la estafa

LO DE LA LLAMADA COOPERATIVA SAN LUIS ES OTRA FORMA DE ESTAFA PIRAMIDAL

Con amplios antecedentes en Bolivia, para citar a la autora Elizabeth Paravicini recurrimos a los casos emblemáticos estudiados en su texto "Estafas Piramidales" formas deshonestas antiguas que se caracterizan por ser fraudulentos, ilegales y expertas en utilizar el dinero de la gente. La autoridad llamada anteriormente Superintendencia de Bancos y hoy dia ASFI (Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero) está llamada a detectar la ilegalidad, detenerla y especialmente informar a la generalidad de modo que pueda por sí intuir el engaño y las maniobras para quedarse con su dinero. El estafador, en este caso el ente Cooperativa San Luis en la cúspide la pirámide secundada por colaboradores, generalmente profesionales a sueldo, incluyendo abogados que se encargan de enmascarar el delito, no son víctimas y en los demás niveles de la estructura están las personas que terminan siendo las víctimas de la estafa.

La teoría establece un perfil de la estafa y del estafador. Empresas que las organizan a sabiendas que la Ley prohibe la captación de capitales sin autorización del ente regulador. Empresas que afectan la integridad del ahorro público y socaban la buena fe del pueblo en las instituciones del Estado y en el Sistema Financiero. Lo extraño en el caso de San Luis, que funcionaba sin autorización oficial y legítima de ASFI para captar recursos, es que tanto tiempo, muchos años no se hubiera detenido la estafa, que ASFI (al parecer) habría tolerado las irregularidades dejando actuar a San Luis, que además, bien asesorada se daba modos para aparentar como Cooperativa Cerrada, Financiera, Promotora Especial socorrida como en su momento lo fue FINSA de Cochabamba y Roghel en Santa Cruz por una publicidad "a todo pulmón" de TV, Radioemisoras, Diarios y con el apoyo de entidades a las que ofrecía dádivas Policia, Autoridades de todo tipo, de todo nivel, instituciones de beneficencia y programas atracticos automóvil propio, casa propia, implementación de negocios de microempresa.

La autoridad se queda corta y confundida porque todo aparenta ser legal, piden permisos para introducirse al sistema bancario, es decir que el Estado les ofrezca un amparo formal por el sistema de "encaje legal", esto es el pago de ciertos porcentajes de las captaciones para el seguro colectivo en casos de quiebra, y a las observaciones que les formula la Autoridad, ofrecen corregir, piden tiempo y ganan tiempo mientras los ilícitos continúan o sea las captaciones.

En el caso de Finsa que lo veremos más adelante nunca obtuvo licencia para realizar intermediación financiera como lo hacen bancos y cooperativas, menos aún el permiso para captar depósitos del público. San Luis obtuvo eso sí, los permisos para facilitar el pago de facturas por diversos servicios como el cobro de impuestos para la Alcaldía Municipal de Warnes. Ahora nos enterramos que son varios los millones de bolivianos que San Luis recibió del público, pero que no transfirió al Tesoro Municipal, lo que resulta asímismo incomprensible, porque cómo es que el Municipio de Warnes podía tolerar que "sus dineros" permanezcan en la Cooperativa que cometió así un "abuso de confianza" porque esos dineros de intermediación, son ipsofacto dineros del mandante, que deberían girarse en el día al Tesoro respectivo.

Finsa, Roghel, San Luis en forma descarada publicitan (o publicitaban) programas, como el "modus operandi" para captar recursos enmarcándose con todas las carcterísticas en el cuadro de estafa piramidal.

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