cuando el sacerdote Maryknoll llegó a Bolivia trajo consigo la forma de luchar contra la usura. intereses entonces del 8, del 10 o mas% eran muy comunes (interés mensual) fundó el Cooperativismo de Ahorro y Crédito que pronto hizo desaparecer la usura extrema. Charles Brown fue Obispo en SC y puso en pie las grans cooperativas que hoy subsiste en igual empeño.

Francisco la usura y Bolivia

Mauricio Aira

La usura es un mal antiguo que continúa escondido como una serpiente que estrangula a sus víctimas. Para evitar la usura se debe rescatar a las personas de la patología de la deuda contraída sea para subsistir o para salvar la empresa o el negocio. Sabias palabras de Francisco hace pocos días a un ente “Centros de Escucha” para combatir la usura y que ha salvado de las garras de la deuda usurera, muchos miles para recuperar la dignidad de haber sido expropiados.  La usura en Bolivia es combatida por las Cooperativas de Ahorro y Crédito que la quitaron de en medio.

Alcides Pareja narra la historia del “misionero de la alegría” que era poco amigo de hacer discursos y que se pasaba silbando, que fue obispo auxiliar en Santa Cruz donde pasó los últimos 40 años de su existencia, se trata de Charles Brown quién nacido estadounidense adquirió la bolivianidad para ejercer el bien. Conocí al sacerdote Brown cuando llegó a Siglo XX, nos habló de la usura y de la forma de combatirla creando asociaciones que por el esfuerzo propio y el ahorro colectivo pudieran ofrecer intereses por debajo de los porcentajes usureros para satisfacer las necesidades apremiantes de cada familia. Nos organizamos entonces y resulté elegido presidente del consejo de Administración de la Cooperativa Pio XII que pronto pasó de los 50 socios y de inmediato ofreció dinero contante y sonante a sus entusiastas asociados.

De la orden Maryknoll, Brown recorrió Bolivia fundando estas cooperativas, en un momento llegaron a ser varias decenas, porque el entusiasmo cundió y la tarea floreció en la rica geografía boliviana, sepultando la usura de intereses altos y ofreciendo préstamos racionales, si bien bajo estrictas reglas de cumplimiento y seriedad en la devolución del crédito para beneficiar al siguiente socio que a su turno merecía el beneficio.

Las primeras unidades se aparejaron con las parroquias donde encontraron el equipo humano, el apoyo logístico y el prestigio de la Iglesia que solventó las operaciones, así surgieron nombres: Hospicio, Santa Ana, Loyola, Nazareno, La Merced, Agua y Castilla, San Roque, San Antonio que fueron centros para combatir y derrotar a la usura, o sea precursores del centro que visitó a Francisco que reclama una educación social basada en un estilo de vida sobria, capaz de distinguir entre lo superfluo y lo necesario para no contraer deudas para comprar cosas de las que se prescinde sin problema. Para no convertirse en esclavo de las cosas, Francisco insiste en la virtud de la pobreza y el sacrificio. En la vida no se puede tenerlo todo.

Jaime Méndez propone 3 medidas para salvar a COBOCE de la catástrofe sea con la inmediata incorporación de profesionales en los consejos de Administración y Vigilancia, sea dándole competitividad a la gestión y el estudio profundo y pronto de las medidas que frenen la insolvencia y la mala praxis hoy imperantes.

la situación hoy en COBOCE, es desesperante. Don Jaime Méndez su fundador y gerente general durante 4 décadas plantea al menos tres medidas salvadoras. Una. la incorporación de profesionales claramente capaces y responsables a los consejos de Administración y Vigilancia como resultado de las elecciones que deber ser convocadas de urgencia.

Dos. Ejecutar una reingeniería profunda para mejorar la competitividad en las Unidades de Producción y de Servicios de la Cooperativa sin la menor demora. Tres. Estudiar de manera seria e inmediata las formas de salvar COBOCE, de la insolvencia y cesasión de pagos lo que podría degenerar en su quiebra y por tanto la pérdida de su patrimonio.

como se podrá apreciar, con el dolor de su corazón, Jaime Méndez considerado como el padre amoroso de la Cooperativa a la que vio nacer y desarrollarse y que acompañó en las malas y buenas épocas, propone medidas salvadoras, "una cirugía mayor" que evite un fin desastrozo que se viene por cuanto las deudas crecen por su propio peso, la oferta de cemento aumenta ostensiblemente a nivel local y nacional, los precios no pueden subir, por cuanto frenarían la producción mientras se acumula el riesgo de una sobreoferta y lo que ha mencionado el ingeniero como la eminencia de "una burbuja en la construcción", a punto de estallar.

por otra parte, no extraña para nada que la presión sindical, asumida por grupos de poder en Irpa Irpa con exigencias económicas insostenibles, esté acelerando la descomposición administrativa. fenómeno parecido se confrontó en otras cooperativas, nos referimos al rubro de teléfonos y comunicaciones tanto en La Paz, como en la ciudad de Cochabamba donde cobraron tal poder que se convirtieron en instrumentos autodestructivos. los sindicatos asumieron el rol de "propietarios" y mediante medidas demagógicas y distractivas malgastaron los recursos destinados a la productividad, "inventando serie de actividades ajenas a su naturaleza" y de tal modo se empoderaron de las empresas en cuestión que ni siquiera el Estado pudo hacer casi nada, es decir optó por someterse a sus mandatos.

es posible que los socios de COBOCE, repartidos por todo el país, profesionales de toda laya, pequeños empresarios, propietarios de casas y negocios, de talleres y transporte, reaccionen y se decidan por asumir responsabilidad en los Consejos, que retomen su labor de administradores y controladores como en otro momento y encuentren la ruta adecuada para salvar a COBOCE de una "muerte anunciada", así sea con el sacrificio de parte del patrimonio, salvando lo esencial.

25 millones de dólares costó a COBOCE, un contrato con el Estado en la construcción y pavimentado de una carretera en Santa Cruz. otros desaciertos atribuído a la ambiciosa, dañina, destructiva influencia sindical dentro de los consejos de Administración y Vigilancia, que se describe en seguida.

la parte número cuatro de la carta de Méndez Quiroga a los administradores de COBOCE, entra de lleno en la crítica primero del valioso personal que fue despedido en 2006, formado en la escuela coboceana, amante de su Institución. la nueva Gerencia se deshizo de ese contingente de técnicos y administradores cuando más se lo necesitaba. por el contrario se aumentó de sueldo al personal, sin haber corregido los errores cometidos, y se accedió al pago de "bonos extra" y pago de sobrehoras innecesarias, y otros beneficios que afectaron el costo de mano de obra y por ende de la producción, otra falla el exceso de personal en la fábrica de cemento.

ausente el concepto de "austeridad" con que se manejó siempre la economía, los gastos en personal y operarios excedió el margen de empresas similares haciendo incompetente a la misma gestión, olvidaron que se trató, se trata de una empresa cooperativa, que no es lo mismo que empresa capitalista. don Jaime Méndez pone en dedo en la llaga cuando se refiere al contrato de construcción y pavimentación del Tramo 2 de la carretera Santa Cruz Puerto Suárez (Quimome - San José) error fatal que costó a COBOCE, una pérdida aproximada a los 25 millones de dólares. este item le significa a la cooperativa casi el 42% del pasivo actual, apunta sin margen de equivocarse el ingeniero Méndez.

tiene que haber sido muy doloroso para el fundador de COBOCE, precisar que este y otros desaciertos obedecen a la "desafortunada ingerencia de cuadros sindicales que doblegaron al propio Sindicato de Trabajadores de Irpa Irpa cuando se trató de asumir decisiones empresariales". sucedió algo inaudito ya en los últimos meses de la Administración de Méndez Quiroga, la presión siempre en aumento de un grupo de "jubilados" incorporados sin una explicación lógica a los consejos de Administración y de Vigilancia.

este grupo de presión actuando siempre desde Irpa Irpa logró en posteriores gerencias el incremento de las remuneraciones de cierto personal, esta medida errada, al margen del espíritu cooperativista que debió primar, se constituyó en el factor de ineficiencia primero y de insolvencia ante los organismos financieros y de relacionamiento empresarial en el entorno de COBOCE. le provoca extrañeza al firmante de la carta, que se diera este fenómeno, cuando en tantos años había existido siempre un ideal vivo, respaldado con sacrificio, entrega y desinterés en el largo tiempo difícil antes de consolidar la Cooperativa como una empresa competitiva.

cauteloso con los adjetivos Jaime Méndez no se atreve a mencionar la palabra "demagogia" y "oportunismo" para designar la conducta de esos malos sindicalistas que hicieron cometer tantos errores que hoy ponen en peligro la estabilidad y la solvencia de una entidad que se ganó un prestigio incambiable por la honestidad y corrección con que siempre se manejó ante la autoridad, la banca, el empresariado y sus asociados, los que pagan aportes a COBOCE desde su fundación.

cuadros sindicales, basados en la desinformación y la oferta de quiméricos beneficios, denuncia el fundador, "activaron la búsqueda del poder en la Cooperativa", esta pasión olvidó las trágicas consecuencias que están poniendo en riesgo los puestos de empleo y la existencia misma de una institución forjada por el sacrificio y la austeridad de sus directores hasta antes de esta invasión sindicalista.

las reflexiones y el análisis no concluyen aquí, Jaime Méndez formula unas medidas (cirugía mayor) las denomina como paso urgente e imprescindible, lo que veremos en la última parte del documento.