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lunes, 13 de agosto de 2012

Finsa significó 50 millones de dólares que se evaporaron, suicidios, divorcios, tragedia humana y miles de procesos judiciales. los culpables salieron en libertad a los 7 años y se perdieron en la bruma del olvido

Abril de 1992, Canal 13 de TV en Cochabamba. abrí temprano mi programa "Buenos Dias, Cochabamba" y luego las palabras de introducción. No hay negocio en el mundo que pague al financiador 6 u 8% mensual, quiere decir entre 60 y 70% anual. quisiera pedir que si alguno conoce una empresa que ofrezca con seguridad tal porcentaje de utilidad, llame al Canal y nos lo diga.

Palabras más palabras menos fue la forma más honesta que hallé para prevenir al público de la estafa piramidal a que estaba siendo sometido con FINSA. Pocos dias antes, un compadre mío, hoy desaparecido me había convocado a una cita urgente. "Mira compadre. Estos chicos Arévalo aunque se diga lo contrario, son honrados y eso sí cumplidos. Les he dejado mi platita y me pagan sin faltar los intereses en forma adelantada" y luego mi comadre, aún en vida, cuando escuchó mis objeciones terminó declarando "no sé cómo lo hacen, a lo mejor están en el negocio de la cocaína, pero lo cierto es que nos cumplen sin fallar un solo mes"

En efecto, mi paso obligado por la calle Jordán me permitía apreciar unas colas interminables de gente de todos los niveles sociales, pero especialmente obreros (se dice que un buen porcentaje de los relocalizados) dejó su indemnización de COMIBOL en manos de los Hermanos Arévalo, pequeñas sumas de 300, 400, 500 dólares, todo su capital por el que cobraban religiosamente el 6% y en forma adelantada. Fantástico, nunca había funcionado cosa parecida. Todo el mundo estaba maravillado, era algo así como un milagro, la gente no se detenía a pensar, dejar su dinero y cobrar y se acabó la historia.

La primera reacción después de mi comentario público, fue una llamada de la secretaria privada del Gerente General. "Don Jaime desea hablar con usted, apenas termine su programa" en efecto intercambiamos el saludo y "tome usted asiento. estoy preocupado porque al parece usted quiere que se cierre el Canal". Me quedé sorprendido, sin entender. Don Jaime se dirigió al Gerente Comercial. "No sé si sabe usted don Mauricio, pero FINSA financia con cerca del 50% los ingresos de nuestra empresa" Entonces lo entendí claramente, don Jaime me rogó, que no pronunciara una sola palabra más sobre el asunto.

Tal era el "poder y la influencia de los Arévalo" que estaban por encima de los medios de comunicación, es mas una parte del sindicato de la Prensa, los llamados "colgandijos" reporteros con sus cámaras o grabadoras recibían un bono mensual, en planilla para propagandear o FINSA o al menos para silenciar cualquier denuncia. De este modo sometieron a varios miles de ahorristas a la mayor estafa de la historia delictiva de Bolivia. 50 millones de dólares se esfumaron, el estafador Nelson Arévalo, según testimonio de E. Paravicini que estamos citando era tenido como "un gran benefactor, ostentaba cadenas y relojes de oro, regalaba billetes de 100 dólares, cliente favorito de lugares de lujo incluyendo lenocinios" se hizo merced al dinero estafado de un séquito de guardaespaldas, coroneles de carabineros en retiro y de una parafernalia de abogados, secretarias, ayudantes, choferes, y sirvientes que lo seguían a todas partes.

(seguir en texto III)

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