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viernes, 26 de febrero de 2010

en lo que constituye el mayor logro cooperativo de Bolivia, COBOCE ofrece reiterada prueba de su solvencia y capacidad

Coboce acaba de concluir un sistema financiero admirable

Sin ninguna exageración, lo que acaba de realizar Coboce para lograr financiamiento interno, a fin de concluir exitosamente la instalación de su nueva planta de cemento, merece no sólo apoyo, sino amplia y honesta felicitación. Es uno de los aportes más fecundos y modernos al desarrollo de Cochabamba y del país.La Cooperativa Boliviana de Cemento Industrias y Servicios, Coboce Ltda., acaba de concluir un trabajo admirable para lograr financiamiento a fin de completar la instalación de su nueva planta de cemento. El sistema consiste en titularizar flujos futuros para captar recursos del mercado interno de capitales. La calificación ha sido realizada por una empresa internacional y la constitución del sistema por una entidad boliviana altamente calificada.
Los valores emitidos por Coboce mediante Bisa Bolsa, han sido colocados el día miércoles de esta semana en la bolsa de valores de la ciudad de La Paz, con todo éxito. Las principales instituciones que han participado en esta operación novedosa, son las AFP que son las más grandes y otras medianas. De este modo, Coboce logra la totalidad del dinero que necesita para concluir la instalación y puesta en marcha de una nueva unidad productiva que contribuirá notablemente al desarrollo socio económico de Cochabamba y en dimensión más amplia del país. Se trata de innovaciones, ciertamente admirables, fundadas, preponderantemente, en la inteligencia y el trabajo de quienes forman parte de nuestra cooperativa.
Coboce realizará aportes diarios en una cuenta especial establecida para el efecto. Obviamente, la garantía de un sistema tan novedoso está dada por la solvencia de la cooperativa, demostrada sistemáticamente durante más de cuarenta años. Esta entidad, ante la falta de alguien que realice aportes de capital, cumple su función, casi siempre, utilizando créditos de corto y mediano plazo. Estas obligaciones son cumplidas con disciplina admirable, no hay ningún caso que ponga en duda esta afirmación. La historia de esta entidad cochabambina, es digna de estudios académicos, comenzó sólo con mil seiscientos dólares, ahora es una de las estructuras más sólidas del continente.
En países como el nuestro, donde el ahorro interno es insuficiente para realizar tareas industrializadoras, la titularización llevada a cabo por Coboce, es una forma inteligente de captar recursos con ahorros que se acumulan en lo porvenir. El plazo de las operaciones realizadas hace dos días, es de diez años, los intereses que fluctúan entre el 8,5 y 9,5%, son razonables, tanto en relación con los montos percibidos, como con la moneda en que se realizan estas acciones financieras. El avance estructural consiste en la relación armoniosa entre los ingresos de la institución cochabambina y las obligaciones, ciertamente razonables, adquiridas con los tenedores de los valores colocados.
La inversión de estos recursos, se realizará conforme a estudios de factibilidad cuidadosamente elaborados y disciplinadamente ejecutados. Más de seiscientas personas están dedicadas a instalar la nueva fábrica de cemento. Como se sabe, Coboce cuenta con estructuras sólidas que garantizan la eficiencia de sus programas y sobre todo la honestidad de todo lo que se hace. Bancos externos y entidades internacionales han calificado a nuestra institución con las notas más altas, lamentablemente, el crédito externo es todavía difícil mientras Bolivia no consolide el nuevo orden jurídico institucional aprobado en la Constitución Política del Estado.
(editorial del diario cooperativo OPINION de Cochabamba, Bolivia)

jueves, 25 de febrero de 2010

una segunda fábrica es financiada con venta de valores de la gran cooperativa COBOCE de Cochabamba, Bolivia

En una hora y media, la Cooperativa Boliviana de Cemento (Coboce) colocó valores de titularización por Bs 262,5 millones en la Bolsa Boliviana de Valores. La tasa de interés que inicialmente era de un 9,5% anual bajó a una tasa inferior al 8,5%, lo cual es un ahorro importante en el costo financiero de Coboce.

La operación bursátil financiará el 50% de la nueva fábrica de cemento de Coboce, en Cochabamba, con capacidad para producir 450.000 toneladas métricas (TM) de cemento al año. Con este volumen, la producción subirá a 780.000 TM.

El gerente general de Coboce, Edwin Tapia, indicó a La Razón que la segunda fábrica contará con la tecnología alemana más avanzada y con una mayor capacidad de producción. “Esto nos permitirá aprovechar las ventajas de las economías de escala y de la productividad de la industria moderna”, añadió.

Wílder Barrios, gerente de BISA Sociedad de Titularización, indicó que los principales inversionistas fueron las AFP, las Sociedades de Administración de Fondos de Inversión, bancos y Agencias de Bolsa. “Se han sobrepasado las expectativas. Han habido muchos inversionistas que se han quedado sin poder comprar los valores”, añadió.

“El Gobierno está comprando cemento. Nuestra fábrica ha producido siempre con la totalidad de su capacidad y aun así nos falta producto para satisfacer la demanda”, añadió Tapia.

La colocación de los valores fue realizada por BISA Agencia de Bolsa.

domingo, 21 de febrero de 2010

Del diario Cooperativo Opinión de Cochabamba. El ideal cooperativo mantiene los equilibrios y es clave de la supervivencia institucional

Saber conseguir y mantener los equilibrios necesarios en las organizaciones, tanto internos como con relación al entorno, es una de las principales responsabilidades de sus gestores.
Afirma Maribel Munuera que “el éxito empresarial asociado a la satisfacción de uno solo de los grupos participantes en la empresa puede desembocar en el final de la misma. Una empresa necesita adoptar una perspectiva múltiple que permita reconciliar las divergencias y conflictos de intereses dados los diferentes objetivos de los grupos participantes. Satisfacer cuando menos en una zona de tolerancia o banda de resultados a todos y cada uno de ellos es condición necesaria para lograr la supervivencia a largo plazo de la firma”.
Trasladando este enfoque al caso de una sociedad cooperativa, la consecución de ese reclamado equilibrio con los grupos participantes en ella (internos y externos) puede ser más fácil de conseguir, dadas sus peculiaridades. Por un lado, por efecto de la doble (y a veces hasta triple) condición socio/consumidor/proveedor (de trabajo, de materia prima, etc.). Por otro, la identidad del cooperativismo sintoniza con valores fuertemente arraigados en la sociedad actual, como la democracia, la igualdad, la equidad, la solidaridad, etc. Esto es extremadamente importante, en la medida en que la empresa no puede ser ajena a lo que la sociedad de la que forma parte siente, desea, espera. En los mercados se compran y se venden productos que, además de sus aspectos tangibles, tienen una dimensión intangible cada vez más importante, que son los valores que lo acompañan, y las sociedades cooperativas añaden a sus bienes y servicios unos valores que comparte la sociedad actual.
El sentido del equilibrio en la tarea de pilotaje es algo cada vez más necesario para poder orientar la organización en un entorno muy complejo y turbulento.
Dónde estamos y adónde queremos llegar; qué somos y qué queremos ser; en qué creemos, cuáles son los valores y principios por los que nos regimos. Toda empresa necesita de una fuerza vital que la proyecte hacia el futuro deseado; necesita, como dice Gary Hamel, de un alma. Es lo que otros llaman una cultura, que viene a ser esa fuerza interior que empuja a quienes la comparten, sin que ellos se den cuenta, a hacer las cosas de una determinada manera, singularizando así a esa organización a través de los comportamientos de esas personas.
Las sociedades cooperativas tienen un alma, aunque a veces no lo sepan o no la pongan en valor. Puede que se trate de un conocimiento tácito (no saben que está ahí) que sea preciso hacer explícito para que pueda ser compartido, asumido e interiorizado por todos los miembros de la organización, los cuales, a partir de ese momento, actuarán congruentemente con él. Por esta razón, no basta que haya unos principios muy bien elaborados y aprobados por la Alianza Cooperativa Internacional (ACI). Se trata de que esos principios y los valores que en ellos subyacen se vivan en la cooperativa, y para lograrlo es importante contar con una declaración escrita de la misión de la empresa, que para que sea compartida y aplicada ha de ser elaborada y aprobada por todos.
Me permito reproducir a continuación una parte del discurso pronunciado por Dª María Angeles de la Plata, presidenta de Sierra Nevada, SCA, en nombre de los galardonados en la novena edición de los premios Arco Iris del Cooperativismo en Andalucía: “Hace veinte años tuve un sueño. Y en el sueño vi un mundo oscuro e insolidario en el que el 20% disfrutaba y despilfarraba el 80% de la riqueza y el otro 80% tenía que sobrevivir con el escaso 20% restante. Vi un mundo oscuro y violento que resolvía con guerras las discrepancias.
Un mundo en el que el capital acaparaba la riqueza producida, mientras los trabajadores recibían salarios escasos cuando tenían la fortuna de trabajar. Vi a una Andalucía atrasada y a miles de sus hijos en regiones y países extraños donde eran menospreciados y llamados con nombres despectivos.
Cuando en el sueño ya me sobrecogía la angustia empecé a ver pequeñas lucecitas. Eran pequeñas y dispersas pero había gran número de ellas y cada vez surgían más. En el sueño me acerqué a algunas y vi que eran llamas producidas por pequeñas hogueras. Hogueras alimentadas por la solidaridad, la equidad, la autoayuda, la democracia, la igualdad, la honestidad, la vocación social. En el sueño alguien me dijo que lo que veía eran cooperativas.
Las llamitas de estas hogueras no podían hacer desaparecer toda la oscuridad reinante. Pero era como cuando en un concierto se encienden los mecheros, la gente se ve, se reconoce, se siente próxima, se sabe humana. Así pasaba alrededor de cada una de esas pequeñas hogueras.
En el sueño vi cómo muchas pequeñas hogueras desaparecían... Otras se mantenían encendidas con una llama triste y mortecina, sin apenas dar calor... Pero otras muchas se mantenían y poco a poco su llama era más grande, daba más calor, incluso daban algo de fuego a otros. Me fijé en estas y vi que entre ellas se daban algunas características semejantes: esfuerzo continuado, sentido común, abnegación, transparencia, responsabilidad y honestidad. Y vi que aplicaban unas técnicas que muchos se creían y a las que todos se ajustaban: no existía discriminación a la hora de compartir el fuego; eran organizaciones gestionadas democráticamente, en las que se respetaban las funciones de cada órgano; los socios contribuían equitativamente al capital de sus cooperativas y dejaban los excedentes en la misma; eran organizaciones autónomas e independientes; dedicaban tiempo y dinero a la educación y formación; tenían interés por los problemas y el desarrollo de su entorno.
Todas estas características, me dijeron, no eran otra cosa que los valores y principios cooperativos.