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sábado, 7 de julio de 2012

Jorge Grágeda fiel a su vocación reclama "formación de líderes" dentro del movimiento de Ahorro y Crédito destinado a ser alma y motor de la economía

Las cooperativas desempeñan un papel cada vez más importante en la prevención y reducción de la pobreza y son un importante factor de desarrollo dice el presidente de la Federación Boliviana de Cooperativas de Ahorro y Crédito (Febocac), Jhonny Revollo. Los sectores periurbanos y rurales del país son los principales beneficiados del sistema cooperativista porque allí se consolidaron con el propósito de mejorar su calidad de vida y de impulsar las actividades productivas.

El modelo cooperativo es la mejor opción y ofrece la base para una forma más sostenible de hacer negocios en comparación con los modelos tradicionales de capitalismo, explica Revollo. Otro criterio importante es considerar al cooperativismo como alternativa de hacer negocios donde todos trabajan juntos en la lucha contra la crisis económica, la amenaza del cambio climático o la seguridad alimentaria.

El cooperativista destaca la declaración de la Organización Internacional de Trabajo (OIT) en la que señala que las cooperativas tienen la capacidad de generar trabajo autogestionado y empleo digno, especialmente en zonas menos atendidas por el Gobierno u otras empresas privadas. 

Asimismo logran un efecto cascada porque vuelcan los excedentes en sus localidades movilizando la economía regional en la que participan.

El cooperativista Jorge Grágeda recuerda al sacerdote Julio Tumiri como uno de los pioneros del cooperativismo (él organizó la primera cooperativa integral en Chayanta - Colquechaca) y a los hermanos de la orden Maryknoll. 

Grágeda dice que gracias a la cooperativas de ahorro y crédito nacen el resto de las cooperativas en diferentes rubros en el área urbana y rural. 

Jhonny Revollo agrega que en Bolivia además de las cooperativas de ahorro y crédito también son de gran importancia las cooperativas mineras, agrícolas, de agua, de transporte y otras. Algunas tienen más de 50 años ofreciendo servicios a sus socios y a la comunidad.

Por ejemplo en Independencia, Totora, Mizque y Aiquile las cooperativas de ahorro y crédito apoyan en su desarrollo “brindando la intermediación financiera cooperativa”, dice Revollo.

Las cooperativas favorecen la economía democrática centrada en las personas, cuidan el medio ambiente y promueven el crecimiento económico, la justicia social y una globalización justa. 

El sistema cooperativo es reconocido internacionalmente y está fortalecido porque está regulado por la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (Asfi) y por la Dirección General de Cooperativas (Digeco). 

Las cooperativas, independientemente de su dimensión o rubro, comparten los valores de democracia, solidaridad, equidad, autoayuda y autorresponsabilidad, creando negocios que ofrecen más bienestar, en oposición a la maximización de beneficios en provecho de unos pocos.

“Se deben formar a líderes”

El cooperativista Jorge Grágeda a tiempo de destacar el aporte del cooperativismo al desarrollo de Bolivia señala la necesidad de formar a los líderes porque “hay falta de formación doctrinal”.

Desde la perspectiva del analista se necesita un organismo que realiza actividades educativas en forma sistematizada, sostenida en el transcurso del tiempo porque se necesita “conocer, valorar y practicar”.

Grágeda opina que el cooperativismo está dormido y hay debilidad en los dos últimos principios, en el de la integración entre cooperativas y en del servicio a la comunidad.

Grágeda dice que se debe impulsar la generación de cooperativas de producción para satisfacer las necesidades nacionales e incluso internacionales a través de la exportación.

El cooperativista destaca el trabajo de las cooperativas en la lucha contra la pobreza, ya que fomentan el desarrollo en la educación, salud y en la producción, pero se deben promover sus fortalezas y ampliar su alcance.

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