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jueves, 8 de enero de 2009

dos nuevas "pirámides" descubre opinion en nota editorial grupo MORIAH y ALFA y OMEGA

Las estafas siguen de moda
Quienes pierden son los más pobres o los últimos en llegar a la pirámide, pues nadie paga sus aportes. Por esto se necesita también mejorar los mecanismos de prevención de las estafas piramidales.
La Superintendencia de Bancos y Entidades Financieras alertó al público sobre nuevas entidades financieras que funcionan sin autorización. Se trata de las empresas Grupo Internacional Moriah y la Fundación Cristiana Alfa y Omega (Fundao) que captan depósitos, ofrecen préstamos y otras actividades financieras al margen de la ley. La Cooperativa de Ahorro y Crédito cerrada Alfa y Omega, con domicilio en Cochabamba, tampoco está autorizada a captar dinero del público con el programa “Casa propia a precio de regalo”.
El problema es que antes de que la Superintendencia de Bancos realice la advertencia, decenas de personas ya fueron tentadas a participar de las ofertas de entidades financieras no autorizadas. El pasado año, unas veinte mil personas perdieron 50 millones de dólares con la estafa de las financieras ilegales Roghel, LV Pharma y Orión Inversiones. Prometían intereses superiores al 10 por ciento y hasta ahora los ahorristas no pueden recuperar su capital. Es urgente tipificar los delitos de las estafas piramidales y endurecer las sanciones. Con la normativa actual se facilita la impunidad y la fuga de los estafadores.
La propuesta de la Superintendencia de Bancos es sancionar las estafas piramidales con más de diez años de cárcel y obligar a los estafadores resarcir los daños antes de ser liberados. Además se necesita reestructurar la justicia para que ésta actúe en beneficio de las víctimas y no del estafador.La forma básica de estafa piramidal, conocida como esquema Ponzi, funciona con la captación de dinero de algunos clientes a quienes se compromete a traer más personas, con cuyos depósitos la empresa paga el interés mensual prometido a las primeras. Con el tiempo, los primeros “inversores” se convierten en cómplices del organizador, quien ante la insostenibilidad de la pirámide, huye con el dinero.

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