Mondragón alberga el abertzalismo más radical, pero por historia y economía es una de las localidades más españolas, porque fue fundada por Alfonso X el Sabio, y, sobre todo, franquistas: creció y se enriqueció con el cooperativismo creado por falangistas y curas en los años 1950 como demostración de la superioridad nacionalsindicalista frente a los socialismos.
En Mondragón se recuerda al cura José María Arizmendiarrieta, pero se trata de olvidar que fue favorito del ministro del Trabajo falangista Girón de Velasco, que lo ungió como su vehículo para hacer triunfar los ideales joseantonianos creando cooperativas.
Con una mano de obra ciertamente talentosa y activa, junto con créditos y ayudas estatales, Arizmendiarrieta fundó en Mondragón un cooperativismoinicialmente beato, anticomunista y antisocialista.
El Régimen, viendo allí la mejor prueba de la viabilidad de sus proyectos sociales y sindicales, multiplicó las concesiones y contratos para que se fabricaran productos sin competencia, porque se impedía importarlos del extranjero: así surgió Fagor en 1959.
El pueblo, que hoy tiene unos 23.000 habitantes, atraía nueva mano de obra, y la madre Fagor creaba constantemente más cooperativas que iban siendo ejemplo del éxito del franquismo, como demostraba el NODO.El noticiario informaba casi todas las semanas de las visitas a Mondragón de los jerifaltes del Movimiento que acudían a estimular a los cooperativistas como muestra de la superioridad del Caudillo sobre al colectivismo soviético.
Mondragón, ahí lo tiene usted, entre montañas, en el Alto Deva, convertido ahora en un emporio industrial que va desde multinacionales hasta grandes superficies como Eroski.Gente industriosa, cierto. Pero mucha de ella entregada actualmente a los extremismos. Y que huye de su verdadera “memoria histórica”.
Es interesante: volaron desde el nacionalsindicalismo falangista al nacionalsocialismo filoetarra. Dos caras de igual moneda nacionalista. Camaradas patriotas, en todo caso.
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