Por detrás de Salamanca se sitúan León y Burgos con 320 y 319 respectivamente, seguidas por Valladolid con 283. En el polo opuesto se encuentran Soria con 83 y Ávila con 141.
La actividad económica y empresarial desarrollada a través del cooperativismo favorece el impulso de nuevos proyectos empresariales y ejerce un papel de liderazgo en la vertebración social. Además tiene un rol importante en el desarrollo de la actividad económica en zonas geográficas periféricas y, generalmente, en el medio rural, donde contribuye a la creación de servicios y actividades emergentes que impulsan una mayor calidad de vida.
En Castilla y León hay ejemplos de grandes empresas cuya forma jurídica es la de cooperativas, como el caso de Acor, Cobadu y Copiso, entre otras.
En este contexto geográfico, económico y social, Castilla y León tiene en funcionamiento 2.091 cooperativas (datos a 30 de abril de 2014). De éstas, destacan por su número las más de 1.100 agrarias (577 agrarias puras y 531 de explotación comunitaria de la tierra), 630 de trabajo, 245 de vivienda o las 37 de segundo grado (las constituidas por, al menos, otras dos cooperativas), participando, todas ellas, en el desarrollo económico y la generación de empleo de calidad de las zonas geográficas en que desarrollan su actividad.
En su capacidad para resistir las dificultades, las cooperativas han mostrado un comportamiento especialmente positivo en el mercado laboral.
La destrucción de empleo durante la crisis ha sido ocho puntos inferior en las cooperativas que en el resto de las empresas y casi el 80 por ciento de los contratos en las cooperativas tienen carácter indefinido. Esto es consecuencia, entre otras causas, de la actitud emprendedora y el trabajo diario de los socios y de la cada vez más decidida apuesta por el uso de las nuevas tecnologías, que ha facilitado que su actividad se haya dirigido a otros campos más sostenibles y rentables.
Las cooperativas tienen un papel importante en la creación de empleo estable y de calidad, promoviendo además la igualdad de género en el ámbito laboral, dando oportunidad a los jóvenes.
Resaltan la resistencia de las cooperativas
Las sociedades cooperativas tienen una especial capacidad de resistencia en situaciones de dificultades económicas como las vividas estos últimos años en España.
Este tipo de sociedades han logrado mantener un nivel de actividad económica y de generación de empleo notable.
Las razones de esta capacidad de resistencia se basan en el espíritu del cooperativismo, que se define como el trabajo en un fin común que lleva a que un grupo de personas asuman iniciar un proyecto empresarial común, como socios, entendiendo que varios o muchos tienen más opciones y más posibilidades de éxito que solos, sobre todo en determinados sectores económicos.
También tiene que ver con su éxito el funcionamiento democrático de las cooperativas, que hace que decisiones estratégicas para su funcionamiento como empresas sean tomadas por el conjunto de sus socios, lo que permite que éstas puedan ser más acertadas y por otro lado asumidas por todos.
Por otro lado, su vinculación directa con el territorio, ha contribuido fundamentalmente a esta capacidad de resistencia, permitiendo que el fenómeno de la deslocalización de empresas apenas exista en éste ámbito.
Este aspecto es imprescindible en la comunidad autónoma española de Castilla y León, ya que necesita una estructura productiva capaz de adaptarse a un territorio muy extenso y con una elevada dispersión de su población, aspecto en el que más ha contribuido el cooperativismo para aumentar las posibilidades económicas del medio rural con el mantenimiento de la actividad y el empleo.
LEY La Consejería de Economía y Empleo está impulsando los trabajos, en colaboración con el sector, para modificar la Ley de Cooperativas de Castilla y León con el fin de adaptarla a la situación económica y social actual y conseguir, entre otros objetivos, una reducción de obligaciones y cargas administrativas.
Este tipo de sociedades han logrado mantener un nivel de actividad económica y de generación de empleo notable.
Las razones de esta capacidad de resistencia se basan en el espíritu del cooperativismo, que se define como el trabajo en un fin común que lleva a que un grupo de personas asuman iniciar un proyecto empresarial común, como socios, entendiendo que varios o muchos tienen más opciones y más posibilidades de éxito que solos, sobre todo en determinados sectores económicos.
También tiene que ver con su éxito el funcionamiento democrático de las cooperativas, que hace que decisiones estratégicas para su funcionamiento como empresas sean tomadas por el conjunto de sus socios, lo que permite que éstas puedan ser más acertadas y por otro lado asumidas por todos.
Por otro lado, su vinculación directa con el territorio, ha contribuido fundamentalmente a esta capacidad de resistencia, permitiendo que el fenómeno de la deslocalización de empresas apenas exista en éste ámbito.
Este aspecto es imprescindible en la comunidad autónoma española de Castilla y León, ya que necesita una estructura productiva capaz de adaptarse a un territorio muy extenso y con una elevada dispersión de su población, aspecto en el que más ha contribuido el cooperativismo para aumentar las posibilidades económicas del medio rural con el mantenimiento de la actividad y el empleo.
LEY La Consejería de Economía y Empleo está impulsando los trabajos, en colaboración con el sector, para modificar la Ley de Cooperativas de Castilla y León con el fin de adaptarla a la situación económica y social actual y conseguir, entre otros objetivos, una reducción de obligaciones y cargas administrativas.